viernes, 21 de febrero de 2014




UN PARÉNTESIS



Cuando empecé a escribir este blog, no sabía muy bien sobre que iba a escribir, es más no tenía claro que pudiese escribir. Aunque yo era de esas  niñas que se alegraban cuando de deberes había redacción, nada me parece más difícil que escribir; y escribir bien  ya lo considero de personas geniales.

Siempre me he expresado mejor escribiendo que hablando, es más cuando tengo que decirle algo importante a alguien necesito escribirlo primero. Así puedo ordenar mis ideas y controlar mi natural impulsividad y esa forma de decir las cosas de forma tan directa , que me caracteriza, y que a veces tantos problemas me crea.

Podría hablar sobre temas mucho más profundos  y que realmente me preocupan, como de la  vergonzosa clase política  que nos está arrastrando a la hecatombe, o de leyes tan retrógradas como la del aborto que hace que se me revuelvan las tripas.Pero justamente porque me preocupan tanto y considero que ya se habla lo  suficientemente de ello he decidido  no ir por ahí. Simplemente quería que mis entradas fuesen una especie de respiro para mí y para el que los lee.

También podría hablar de cientos de temas que me interesan,  pero  en los que nunca tengo la suficiente paciencia de profundizar , vamos que soy capaz de hablar de cualquier cosa mientras  no se ponga seria. Soy una de esas personas que sacan nota si las llevas a un coctel, pero que hacen aguas si las llevas a un symposium.

Por todo ello hablo un poco del momento en el que estoy , en el que parece que se junta la crisis económica, con la de los treinta y la de valores.En la que todo el mundo parece estar algo deprimido o como mínimo confundido. Y aquí me incluyo yo, porque muchos días  no puedo evitar sentirme parte de esa generación perdida y preguntarme quien se ha comido  mis perdices.





Dice Cate Blanchett en la última peli de Allen, Blue Jasmine,  que en la vida de todo ser humano hay un número límite de traumas que este puede  soportar. A diferencia de ella, no me dio por mezclar  los antidepresivos con dry martinis, a mi me dio por escribir….

Aunque me ruborizo solo de pensarlo , también tengo que admitir que lo que yo quiero realmente es emular a mi admirada Elvira Lindo, no la escritora de novelas, sino a la autora de Manolito Gafotas y a la articulista. Elvira me parece una mujer con esa sensibilidad inteligente tan difícil de conseguir y  de una coherencia extrema. Pero lo que más me admira  de ella es esa capacidad para reírse de si misma con tanta elegancia. Cada vez que releo sus Tintos de verano, me reconcilio con la especie humana. Y me gusta pensar que con los mios consigo algo parecido, mezclando realidad, exageración y deformación  a partes iguales.




Cada vez que alguien me dice que le gustó leerme , no puedo evitar que mi primer pensamiento sea que lo dice únicamente por agradarme. No lo puedo evitar, tengo muy asumidos mis múltiples defectos, pero a veces soy incapaz de aceptar un cumplido.Yo creo que  la culpa de esto la tiene mi madre , más partidaria de la educación de la vieja guardia stalinista  que de la del  refuerzo positivo de Super Nani.

Escribir tiene algo de terapia , de reto ,de pequeña venganza y bastante de egocentrismo. De terapia porque es una forma de ver tu vida desde fuera, y todo visto desde fuera  se relativiza y pierde importancia. De reto porque tienes que escarbar dentro de ti y eso siempre es un poco doloroso. De pequeña  venganza , por todas esas veces en las que deseaste golpear  a un gilipollas con otro gilipollas , y como está mal visto no lo hiciste;  y de egocentrismo porque aunque hables de Star Trek, en el fondo estás hablando de ti.

Aunque cualquiera  pudiera pensar que estas  entradas me llevaron 5 minutos ,  por su sencillez, creedme que están bastante pensadas. Incluso cuando termino una , mi carácter un poco neurótico y obsesivo  me hace revisarlas mil veces. Y una vez colgadas  me es imposible  no pensar que debería haber añadido esto o quitado lo otro,o que alguien se va a molestar, o que  se las va a tomar al pie de la letra. 








Nunca pensé que tomarse  en broma  a una misma fuese una cosa tan seria.



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