miércoles, 30 de abril de 2014

DESEOS INCONFESABLES

Quiero ser una  it girl, marcar tendencias  y crear looks impactantes; que me inviten a fiestas superexclusivas , y  que las marcas más in del momento se peleen por regalarme  la ropa que llevaré para la ocasión.




Quiero tener en mi  armario todos los must  have de la temporada,  e incorporar a mi vocabulario  palabras como  “print wallpaper”, “all black”,” chic navy” o “cut out” y soltarlas con la naturalidad del que habla del tiempo que va a hacer.

Quiero ser trendy, fashion, glam, reto, y si puede ser  todo a la vez. Quiero que Alexander McQueen se convierta en mi Dios, el show room de Dior en mi nueva Iglesia y el Vogue en mi libro de cabecera.



Quiero ponerme unas runners, un vestido acolchado de Victoria Beckham y un tocado  de Ascott   y no parecer una mamarracha. Quiero que Louis Vuitton saque un bolso con mi nombre.


Quiero ser nombrada la mujer más estilosa del año y salir en la portada del Marie Claire, protagonizando una entrevista con un titular que diga que el secreto es mezclar el Primark con Chanel.



Quiero ser  el colmo de la modernidad .Ser un fenómeno 2.0, ser viral y retroviral, si que es se puede ser algo así.  Quiero impartir una masterclass con algún tema cool.

Quiero ser una instagramer  famosa con miles de followers, y que mis fotos de pies, comidas, paisajes, y  de mi misma en las que para nada parezco yo misma;  tengan cientos de likes.


Quiero ser twuiteada, retwuiteada y si fuera posible requetetwuiteada con frases de 140 caracteres en las que se condensa toda  mi inteligencia irónica. Tener muchas solicitudes de amistad en Facebook, ser  la más seguida  en Pinterest   y trend topic en Youtube.




Quiero ser una de esas mujeres que  siempre están perfectas para la ocasión.  Que nunca tienen un mal gesto,  que siempre saben que decir y que nunca se despeinan. Que  tienen a su lado un hombre que les combina.


Quiero ser chic, que digo ,quiero ser  très chic, como una de esas esas tops  que parece que comen sin comer, y que a los 40 tienen cara de 20.

Quiero ser una celebritie de Hollywood y seguir una cura de desintoxicación porque no he sabido asimilar el éxito.

Un momento,pero que coño estoy diciendo……….

Si yo sigo sin entender que es una it girl , y para que demonios  sirve. Y eso de ser gurú de algo y  modelo a seguir suena cuanto menos cansado.

Si mi sueño , mucho más terrenal, como el de muchas mujeres , es simplemente pulirme la tarjeta oro en una tarde sin sufrir remordimiento alguno.

Lo que yo quiero es  vestirme con  lo que me gusta, lo que me favorece, lo que me haga sentir guapa. Y aunque conozca lo que significan todos esos términos relacionados con la moda,  nunca podré tomarme esta tan en serio como para que parezca que la vida me va en ello.

Quiero  parecer una mamarracha,  y tener la suficiente personalidad para  que me de exactamente igual. El Louis Vuitton con mi nombre si que lo quiero, soy humana y algo vanidosa ,que se le va a hacer.


Pensándolo mejor , como voy a ser yo viral  y postmoderna si hace dos días que descubrí para que servía un  hashtag  y cada vez me gustan más  los clásicos bien entendidos……Si a mi lo que realmente me flipan son los filtros del light room. Si por más que me esfuerce sigo sin verle la gracia al Twitter  y aunque me paso  muchas horas en Facebook , también he estado algunas semanas sin entrar después de un sobredosis de ciberrealidad.


Yo no  quiero ser perfecta, porque la perfección aburre. La cámara no me quiere, ya lo acepté. Y lo que encuentro verdaderamente admirable es que con lo que costó el chanel  y eso que llamo gracia , elegancia o gusto consigas vestirte durante  un año  entero.

Quiero decir más veces lo que me dé la gana y cuando me dé la gana,  y tener el derecho  a equivocarme o a no ser interesante. Quiero despeinarme, porque todo lo bueno y divertido de la vida despeina. Y quiero tener a mi lado a un hombre que me llene, que me haga reir, al que admire, así seamos una pareja “de feos”.

Quiero comer y que realmente parezca que estoy comiendo, porque nada me parecería más triste que renunciar a tamaño placer . Quiero ser yo,  con curvas de mujer . Y  tener arrugas de tanto reirme, y ojeras de  todo lo vivido.

Sobre todo  quiero ser feliz y libre , para que si decido  beberme  la vida o metérmela en vena no tenga que pedir permiso ni  perdón.



viernes, 25 de abril de 2014

MI MADRE

Mi madre se llama María Luisa, pero por esas cosas incompresibles de pueblo,  después de bautizarla alguien dijo que ese era un nombre desafortunado y todo el mundo la llama María Flor. Todos menos yo , que como soy  un poco puñetera  la llamo por su nombre real.




Mi madre es muchas cosas, pero sobre todo es una mujer fuerte, la más fuerte que conozco . Una mujer  “de las de antes”.  Incansable, luchadora,  paciente, radical,  testaruda,  y con una capacidad de sacrificio y de compasión que yo nunca tendré. Es de esas mujeres que siempre tiran hacia delante. El pilar en el que nos apoyamos todos , mi centro, y probablemente, la persona que más quiero en este mundo.




Nació en el 36, nunca conoció a su padre porque ese mismo año lo mataron  en la Guerra Civil . Mi abuela fue  una  viuda de guerra de 29 años , con cuatro hijas por criar, que acabaría casándose con el hermano de mi abuelo. Su infancia  no fue  idílica. Muchas veces escuché la frase : “Tu no sabes  lo que es pasar hambre”. Tiene razón, no puedo llegar ni a imaginármelo. Pero  cuando la observo como de forma distraída y algo inconsciente,  se lleva una cucharilla de azúcar a la boca  mientras cocina;  puedo hacerme una idea de como algo así puede marcar una vida .

En general no le gusta hablar del pasado, pero alguna vez consigo que veamos juntas  fotos antiguas en blanco y negro. Y allí esta ella con 20 años, con uno de esos  elegantes moños que se llevaban antes ,  y un primoroso vestido hecho a medida .

Las pocas veces que se permite ponerse nostálgica, recuerda lo guapa que era en su juventud y los muchos pretendientes que tenía . La creo, porque mi madre es de esas mujeres que  nunca pisan un médico porque lo encuentra  “muy triste”, que  sigue conservando la misma cintura de los 20 , que se jacta de no haberse echado nunca un  potingue  a la cara , y que  aún conserva ese brillo especial en unos ojos  que coquetamente delinea con un  lápiz verde.

Mi madre ha tenido como poco una vida azarosa. Aún hace la comida  todos los días en una cocina de carbón y  amasa pan cada dos. Lo mismo mata una gallina que teje y borda delicadas labores. Se separó  de mi padre en una época en la que separarse era algo excepcional, crió a 2 hijos y un nieto, levantó un pequeño emporio y el único vicio que se permite es el de la ropa.

Con 42 años me tuvo a mí. Poco amiga de formalismos y acostumbrada a decir lo que piensa , una vez me contó que yo fui “un disgusto”,  pero  después “ ya te quise mucho”. No puedo más que creerla.
Por la época en la que le tocó vivir , jamás se planteó  si realmente quería tener hijos, no había lugar para la elección,  se daba por hecho. De lo que si estoy  segura , es que en el momento en el que los tuvo, su vida pasamos a ser nosotros. Sí, definitivamente  la foto de mi  madre podría estar en el diccionario junto a la definición de “madre coraje”.

Cuando era pequeña me apuntó a ballet y a piano , dice que yo quería ser artista. Yo no recuerdo tal cosa , más bien supongo que como toda madre proyectaba sus frustraciones sobre mí . Sea como sea , cuando descubrió que yo más que  una niña prodigio era una niña del montón, sufriría su primera decepción. No sería la última, porque una madre siempre quiere lo mejor para su hija, pero casi siempre se sentirá insatisfecha. Esa suele ser la tónica en la relación :  bastante incomprensión  y mucho mucho amor incondicional.

Mi madre nunca ha sido la típica ama de casa que se pasaba el día en casa esperando  la llegada de un marido perfecto, dándonos besos o diciéndonos lo guapo que eramos. Estaba muy ocupada sacándonos adelante. Ahora que ya es  mayor sigue conservando la misma energía sobrehumana. Siempre que la pillo desprevenida entre tarea y tarea la como a besos , algo a lo que nunca se acostumbrará.

El miedo de toda hija es reconocerse en su madre. En mi caso mucho me temo que aunque físicamente no seamos dos gotas de agua, las dos tenemos el mismo carácter nervioso  , temperamental  y sentimental. Discutimos bastante,  la mayoría de las veces por esas “cosas de modernas” que ella ni acepta ni entiende. Pero también nos reimos mucho juntas, normalmente la una de la otra. Todo esto a  a pesar de que no nos separa una generación, nos separan dos.


Ella es una de esas mujeres que  nunca están deprimidas, no porque no tenga motivos, sino más bien porque no tiene tiempo. Mi madre es en definitiva “una mujer de esas que ya no quedan”.



martes, 22 de abril de 2014

LA OTRA

La figura de la Otra ha existido siempre en las culturas monógamas. Incluso en  muchas épocas  históricas esta  era  institucional: sólo hay que recordar las concubinas, las cortesanas o las meretrices oficiales.




En España , el adúltero por excelencia era el cacique, el señor o el señorito, y la Otra la criada o cualquier otra mujer de clase más baja, incluso eran muy común tener hijos con ella ; en ese caso la mujer estaba deshonrada de por vida. A partir de los años  60 ,con  el aperturismo y la liberación sexual, siempre que la situación económica lo permitiese, la otra pasó a ser "la querida" y  se le ponía un pisito céntrico. Cuando el adúltero es presidente de Francia , la cosa  tiene un carácter  normalizador e incluso glamuroso. Y finalmente algunas y algunos han hecho de él  una forma de vida: son los “rompematrimonios profesionales”.



Curioseando por la red sólo encuentro contraindicaciones y razones  para no ser “la Otra”: que minará tu autoestima, que serás una segundona , que vivirás  en la clandestinidad, que casi nunca dejan a la oficial por ti y un largo ecétera. Solo encuentro una tímida ventaja: es cómodo para aquellas que  buscan sólo una aventura sin ningún compromiso.

Ultimamente  algunas amigas y yo misma hemos recibido la oferta de ser “la Otra”. Asique el objeto de esta entrada es analizar un fenómeno muy viejo pero a mi parecer , con un matiz nuevo que pronto os desvelaré.



En mi caso, la oferta  vino de un conocido. A  veces puedo parecer listina pero creedme en algunos momentos Candy Candy mi lado podría pasar por una bruja, y en un primer momento me quedé bastante estupefacta; asique  le pregunté si lo habia dejado con su novia. Me respondió que no. Cuando le mostré mi enfado , me dijo que estaba  sacando las cosas de quicio. Acabáramos,  a ver si me  he vuelto una puritana y no me he dado cuenta, pensé..


Si esto hubiese sido un hecho aislado pensaría que se trataba de una paranoia mía más. Pero una amiga me cuenta que tiene un amigo  casado y con un hijo, que le ha hecho una y mil veces la misma proposición. Ante la pregunta de ella de si aún quiere a su mujer , el afirma que sin duda alguna si.



Otro caso: una amiga ha conocido a un tio a través de otros amigos. Él sale con una chica que  vive a 600 km. También afirma estar enamorado de ella,  pero persigue a mi amiga siempre que puede.


Llego a la conclusión de que el matiz nuevo del que antes os hablaba, es que  ahora los hombres ya ni siquiera se molestan en contar las historias típicas: la crisis pasajera o el amor que se acabó de tanto usarlo . Sólo la más sincera respuesta : mejor el dos por uno. Alguno pensará que esto es incluso un punto a su favor, ya que no existe engaño para la Otra, y si tu accedes sabes lo que te espera. Puede ser, pero a la vez yo también observo una gran desfachatez, y una ausencia  bastante alarmante de cualquier valor.




Parece ser  que el adulterio , no solamente ha dejado de estar penado  por ley, sino que ahora no parece ni siquiera estar penado moralmente. O al menos así lo creen ellos.

No quiero dar lecciones de ética,  ni ser juez ni parte,  allá cada cual con su conciencia. Tampoco puedo echar mano de la moral cristiana porque soy atea. Pero sinceramente a veces  echo de menos una vuelta a los 10 mandamientos . En concreto al 8, el de No mentirás.


Si ser la Otra ha pasado a ser algo socialmente aceptado, yo no me enterado. Como soltera que tiene que vivir en estos tiempos revueltos, pediría,ya no un anuncio en el BOE;  pero sí  al menos un reportaje en la Cosmopolitan. Todo sea para que una sepa a qué atenerse y no la pillen desprevenida.


domingo, 13 de abril de 2014

LA MUJER QUE VIVIÓ UN AÑO EN LA CAMA

Es el título del último libro de  la inglesa Sue Townsend. Sólo puedo decir que es una auténtica  delicia y como dice la crítica del Daily Mail: reí hasta llorar.

Eva es una ama de casa inglesa de clase media  que el día que sus hijos, unos mellizos superdotados , se marchan a la universidad, cruza la puerta de su casa y se mete en la cama vestida  en pleno día. No está enferma. Simplemente ha llegado el momento de decir basta.
Aunque su intención claramente es alejarse del mundo. El mundo no parece querer alejarse de ella, y esto hace que  incluso Alexander, un negro con una dura experiencia vital a sus espaldas,  se enamore locamente de ella, o que  por obra y gracia de las redes sociales se convierta en una especie de iluminada.






En resumen es una historia delirante y profunda sobre lo que sucede cuando alguien deja de ser lo que los demás desean que sea. Es verdaderamente divertida, descaradamente social e irónica. Es aguda , brillante y conmovedora.

Soy de la opinión que los libros pueden llegar a salvar vidas, y a veces aparecen en tu vida en forma de pequeños milagros que la divina providencia pone en tus manos en el momento adecuado. Y algo parecido me pasó con este libro.

He leído bastante a lo largo de mi vida, si ahora dijera que  a los grandes clásicos ya quedaría de puta madre. Pero mentiría, porque a lo largo de mi vida he leído un poco de todo: algún  clásico, novelas,  novelones, novelucas, ensayos …. Pero como casi todo en mi vida ha sido de forma anárquica y un poco por casualidad.

La mayoría de ellos salieron de las bibliotecas públicas. Recuerdo que mi madre me apunto a la biblioteca a los 6 años, cuando evidentemente no sabía leer. Iba con mi hermano y supongo que lo hizo con la única  intención de poder descansar de mí un rato varias tardes a la semana. Desde el primer día me fascinaron los libros: el tacto de las hojas pasadas docenas de veces , la forma de las letras, los colores de las ilustraciones ,el acabado de las tapas …..

Por algún motivo hacía tiempo que no conseguía leer nada, a los 5 minutos de empezar un libro sentía la imperiosa necesidad de ponerme a hacer otra cosa. Supongo que la intranquilidad no me dejaba  concentrarme. Hace unas semanas me llamó  la atención el título de este libro mientras hacia la compra en una gran superficie. Lo compré con la esperanza de recuperar un hábito que tantos buenos momentos me ha dado en mi vida.

Y justamente leí el libro durante unos días en los que me encontré como se pudo encontrar Eva: muy cansada. Sin embargo yo sólo estuve 3 días en la cama y no un año como la protagonista, aunque tengo que reconocer que al igual que Eva en un momento dado  pensé que habría que estar completamente loca para salir de una cama tan cómoda.

¿A quién no se le ha apetecido hacer  lo mismo  alguna vez en su vida?. Cuando sientes que esto que llamamos vida pesa demasiado, cuando no le ves mucho sentido a nada, cuando  todo te resulta surrealista , histriónico o  feo. Cuando te percatas  de lo solo que esta  todo el mundo y lo dificil que es la comunicación .Cuando te das cuenta  que los humanos somos   seres imperfectos  que a veces nos  hacemos daño unos a los otros ;las que menos por pura maldad y las que más por simple torpeza.





Lo que al final le pasa a Eva, es lo que le pasa a toda esa gente extremadamente sensible, en algún momento : que se imponen a ellos mismos la dura tarea de enfrentarse a toda la infelicidad y las decepciones de su vida. Y esa tarea es demasiado dura para una sola persona o para una sola vida.

Vuelvo a recomendar encarecidamente el libro a todo el mundo que alguna vez se haya sentido así ,o que simplemente quiera  reírse un rato. Suelo tener buen gusto para los libros, los baretos , los restaurantes y la ropa. En cuestión de hombres  me temo que ese buen gusto ya es más discutido.

Me permito acabar con la cita de Platón que encabeza el libro:

“Sé amable , pues todo aquel a quien conoces está librando una dura batalla”



sábado, 12 de abril de 2014

EL DÍA QUE ME LLAMARON PUTA

En realidad fueron dos veces: la primera vez  un ex resentido ,y otra hace muy  poco una vieja gloria del  Partido Comunista borracho en una asociación juvenil de izquierdas. En este último caso,  se le debió olvidar que este era el insulto preferido de  los nacionales a las republicanas después de él de “rojas”. Pero de sobra es conocido por todos que política y coherencia personal casi nunca van de la mano.

En las dos ocasiones respondí a lo que a priori se considera un insulto de la misma manera: sin palabras, con  una violencia inusitada. La primera de un empujón lo eché de mi casa y lo planté en el rellano; y en la segunda con un escobazo en la cabeza por la espalda con alevosía pero sin premeditación.






Lo primero, para ir despejando dudas, decir que no lo soy, al menos no en el sentido etimológico de la palabra, que como todos sabréis es aquella que mantiene relaciones sexuales a cambio de dinero.
Algunos estaréis pensando que igual tan gratuita fue el insulto como la reacción. Que debería haberle   contrargumentado , haber sido satírica o responderle con otro insulto que estuviera a la misma altura. O si yo fuese una persona extremadamente bondadosa  simplemente afearle el comportamiento. Sinceramente no sabría decir porque reaccioné así, y no de otra manera, y tampoco me arrepiento.

Tal vez porque soy impulsiva, tal vez porque tengo un problema de ira contenida o porque  cada vez me da más pereza malgastar mis palabras con gente necia. Ni le intento buscar un porqué , ni me intento justificar, sólo me ciño a los hechos.




Que puta sea un insulto ni siquiera depende de la intención del que lo profiere, sino de cómo lo entiende quien lo recibe.
Pero tiene un sentido tan peyorativo que aunque el receptor no quiera darle el mismo matiz que el que lo escupe, al final no consigue zafarse de la ofensa, porque todo el mundo lo entiende así. Y así justamente me sentí yo en un primer momento:  muy ofendida.

Este tema me ha dado bastante que pensar. ¿Por qué  a las mujeres nos molesta tanto que nos llamen putas?. ¿Porqué a las propias mujeres nos asusta que nos acusen de ser libres sexualmente?. ¿No habremos contribuido nosotras   a darle este sentido peyorativo cuando nosotras mismas usamos la propia palabra refiriéndonos a otra mujer?.
¿Qué es en el acerbo popular una puta? ¿Una mujer que se acuesta con muchos hombres? ¿Una mujer que utiliza sus  encantos físicos o personales para conseguir algo de un hombre?¿O simplemente una mujer supuestamente mala o con agallas para hacer lo mismo que un hombre?.

¿Cuál es el insulto equivalente para un hombre? :¿Puto?,¿Cabronazo?,¿Mujeriego?. Busco el primero en el diccionario y me dice” equivalente a necio” y una segunda acepción “hombre que tiene concúbito con una persona de su mismo sexo”. Evidentemente  dista mucho del significado de puta. Y que me decís de los otros; el segundo puede tener incluso un cariz cariñoso, y el tercero , entre muchos hombres y mujeres ni siquiera tiene un sentido denigratorio sino todo lo contrario.

Queda claro que la palabra está vista como un insulto, pero porque la sociedad lo ha querido así, más que lo que hay detrás de la palabra quizás lo que más choca en ésta sociedad llena de tabúes es la palabra en sí.


Es curioso porque una puta es la que da o niega sexo a cambio de algo. La que no es puta es la que lo hace solamente por placer, y curiosamente, también se le llama puta.

Visto así y una vez que se me pasó el cabreo no puedo más que pensar que estamos ante uno de los sinsentidos  más de la vida.

Para muchos esto no es más que un complejo que debería ser superado, y muchos pensareís que el sólo hecho de dedicarle una entrada demuestra que todavía no se ha conseguido tal cosa.

Como dice el chiste:- Oiga señorita, ¿preguntar es ofender?- Pues claro que no.- ¿Es usted puta?