sábado, 30 de mayo de 2015

LA IMPORTANCIA DE HACERSE MAYOR



Me hago mayor porque cada vez me más pereza dar explicaciones. Descubrí que  los amigos no las necesitan, los conocidos no las entienden y los que no te quieren bien las tergiversan.Esta es sin duda una señal inequívoca de que te haces mayor.Sino fijaros en todos esos viejos suicidas que cruzan la calle por donde les da la gana. ¿Alguien les ha visto alguna vez dar alguna explicación? No, porque se consideran con el derecho, y porque creen que ya han dado demasiadas a lo largo de su vida.Lo mismo me pasa a mi.



¿Y que es lo que haces entonces con estas entradas? ,os preguntareis muchos de vosotros.Lo que  aquí hago es una especie de ajuste de cuentas de mi para conmigo.

Otro signo inequívoco es que cada vez siento con mayor frecuencia la imperiosa necesidad de hacer o decir algo porque si, porque me da la gana, sin pararme a sopesar las consecuencias, sin considerar si es adecuado, procedente o reprochable.Sin importarme un pito lo que piensen los demás.

Hace poco cumplí 38 años y cuando le dije a un  buen amigo, más bien por costumbre, que me sentía mayor;el me contestó que realmente lo era, pero que seguía siendo muy
molona. Y así, de esta forma tonta me di cuenta de que tenía razón y me dispuse a celebrarlo.

Cuando era pequeña, como casi todos los niños no concebía la vida más allá de los 20, y aunque era muy imaginativa era incapaz de verme "de mayor". Como mucho suponía que estaría en alguno de los estados de esa cancioncilla que cantabamos en un uno de los muchos juegos de manos: "Quisiera ser soltera, casada, viuda, monja o enamorada......."

Cuando  ahora me preguntan la edad siempre tardo unos segundos en contestar. El problema no es que me incomode la pregunta,la historia es que realmente necesito pensarlo. Desde que cumplí 30 años doce meses se me hacen escasos para asimilarla.¿Complejo de Campanilla?Puede ser. Aunque yo más bien me veo Alicia en el país de las maravillas.

Todos los tópicos de la treintena femenina se cumplen en mi caso.Fisicamente estoy inmensamente mejor que en los 20, a los que no volvería ni jarta de vino. Se lo que quiero, o al menos lo que ya no quiero, que ya es mucho.Por suerte, ya he hecho la criba sentimental y he encontrado a mi príncipe azul. Y finalmente empiezo a quererme mucho y a perdonarme aún más. Al hacerme mayor, las personas que sólo restan se han quedado en el camino y me creo con el derecho a ser como poco impertinente.

Pocas sensaciones más maravillosas que sentirte agusto en tu propia piel, y yo realmente lo estoy.

Me causa mucha admiración aquellas que envejecen con elegancia y clase; y  creo que no hay espectáculo más lamentable que  aquellas que se niegan a asumir el paso del tiempo .A todas nos vienen ejemplos de unas y otras a la cabeza. Sofia Loren, Catherine Denueve, la gran Lauren Bacall, nuestra Carmen Sevilla y otras muchas, que tuvieron y retuvieron.Entre las segundas Cher o Anita Obregón.

Hace poco leía una entrevista con la imponente Mónica Belluci, con la cual según alguien que me quiere tenemos en común un  culo estupendo, en la que afirmaba que cercana a los 50 quería vestirse y parecer una mujer cercana a los 50.También afirmaba que se sentía libre porque a su edad la belleza ya no lo era todo.Viniendo de alguien que se sabe guapa y sexy , es fácil hacer estas afirmaciones pensareís. Yo no lo veo así.Mónica parece una mujer estupenda porque realmente se siente así, y a los hombres les parece sexy porque tiene carácter.Tan sencillo como eso.

En una ocasión dijo el gran Picasso que cuando le decían que era demasiado mayor para hacer algo, procuraba hacerlo enseguida. Ole genio!.