martes, 22 de abril de 2014

LA OTRA

La figura de la Otra ha existido siempre en las culturas monógamas. Incluso en  muchas épocas  históricas esta  era  institucional: sólo hay que recordar las concubinas, las cortesanas o las meretrices oficiales.




En España , el adúltero por excelencia era el cacique, el señor o el señorito, y la Otra la criada o cualquier otra mujer de clase más baja, incluso eran muy común tener hijos con ella ; en ese caso la mujer estaba deshonrada de por vida. A partir de los años  60 ,con  el aperturismo y la liberación sexual, siempre que la situación económica lo permitiese, la otra pasó a ser "la querida" y  se le ponía un pisito céntrico. Cuando el adúltero es presidente de Francia , la cosa  tiene un carácter  normalizador e incluso glamuroso. Y finalmente algunas y algunos han hecho de él  una forma de vida: son los “rompematrimonios profesionales”.



Curioseando por la red sólo encuentro contraindicaciones y razones  para no ser “la Otra”: que minará tu autoestima, que serás una segundona , que vivirás  en la clandestinidad, que casi nunca dejan a la oficial por ti y un largo ecétera. Solo encuentro una tímida ventaja: es cómodo para aquellas que  buscan sólo una aventura sin ningún compromiso.

Ultimamente  algunas amigas y yo misma hemos recibido la oferta de ser “la Otra”. Asique el objeto de esta entrada es analizar un fenómeno muy viejo pero a mi parecer , con un matiz nuevo que pronto os desvelaré.



En mi caso, la oferta  vino de un conocido. A  veces puedo parecer listina pero creedme en algunos momentos Candy Candy mi lado podría pasar por una bruja, y en un primer momento me quedé bastante estupefacta; asique  le pregunté si lo habia dejado con su novia. Me respondió que no. Cuando le mostré mi enfado , me dijo que estaba  sacando las cosas de quicio. Acabáramos,  a ver si me  he vuelto una puritana y no me he dado cuenta, pensé..


Si esto hubiese sido un hecho aislado pensaría que se trataba de una paranoia mía más. Pero una amiga me cuenta que tiene un amigo  casado y con un hijo, que le ha hecho una y mil veces la misma proposición. Ante la pregunta de ella de si aún quiere a su mujer , el afirma que sin duda alguna si.



Otro caso: una amiga ha conocido a un tio a través de otros amigos. Él sale con una chica que  vive a 600 km. También afirma estar enamorado de ella,  pero persigue a mi amiga siempre que puede.


Llego a la conclusión de que el matiz nuevo del que antes os hablaba, es que  ahora los hombres ya ni siquiera se molestan en contar las historias típicas: la crisis pasajera o el amor que se acabó de tanto usarlo . Sólo la más sincera respuesta : mejor el dos por uno. Alguno pensará que esto es incluso un punto a su favor, ya que no existe engaño para la Otra, y si tu accedes sabes lo que te espera. Puede ser, pero a la vez yo también observo una gran desfachatez, y una ausencia  bastante alarmante de cualquier valor.




Parece ser  que el adulterio , no solamente ha dejado de estar penado  por ley, sino que ahora no parece ni siquiera estar penado moralmente. O al menos así lo creen ellos.

No quiero dar lecciones de ética,  ni ser juez ni parte,  allá cada cual con su conciencia. Tampoco puedo echar mano de la moral cristiana porque soy atea. Pero sinceramente a veces  echo de menos una vuelta a los 10 mandamientos . En concreto al 8, el de No mentirás.


Si ser la Otra ha pasado a ser algo socialmente aceptado, yo no me enterado. Como soltera que tiene que vivir en estos tiempos revueltos, pediría,ya no un anuncio en el BOE;  pero sí  al menos un reportaje en la Cosmopolitan. Todo sea para que una sepa a qué atenerse y no la pillen desprevenida.


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