Durante los 6 años que me pasé en la Universidad de Geografía e Historia de Oviedo estudiando Historia del Arte muchas veces tuve
que escuchar la pregunta : ¿Y esa carrera para qué sirve?. También me encontré
con alguna que otra abuela muy disgustada porque el nieto se había empecinado
en estudiar Historia del Arte: “fíjate tu que pena, con las buenas notas que
tiene , ya podía estudiar algo útil”.
Por aquella época se creía que estudiaban historia del arte
tres tipos básicos de personas: los perroflautas, los hijos de papá que ya
tenían un futuro asegurado y querían tocar los huevos en casa; y las niñas bien que aspiraban a casarse con
un Borjamari que las tuviera en casita ,con la única función de explicar a las visitas el Miró que había en
el salón.
Tengo que deciros, que yo , que no pertenezco a ninguno de estos grupos , estudié historia del arte no
solo por amor al arte, que también; sino
porque, ilusa de mí, el primer día de
clase me vendieron la moto de que esta carrera me serviría para ganarme la vida
honradamente en algún museo, editorial o
institución cultural.
Cuando acabé la carrera , los agravios continuaron , y en
las múltiples entrevistas que hice
ajenas al mundo del arte ; la pregunta seguía siendo parecida. El
entrevistador me preguntaba receloso si yo había renunciado a trabajar “de lo
mio”. Dejándome entrever que no tenía muy claro que era “ lo mio”.
Todo esto viene a colación porque estos días vi una oferta de
trabajo en Facebook, de una empresa
gijonesa, RECREA para más señas, en la
que pide para tres de los museos que gestiona un becario en turismo o un técnico
en información turística. Parece que el hecho de que unas plazas que deberían
ser cubiertas por personal asalariado , sean
cubiertas año tras año por un becario a nadie llama la atención porque no hay
ningún comentario al respecto. El comentario que me deja estupefacta es el de
una chica que ve muy “normal” que un licenciado en turismo se ocupe de un
museo. Porque palabras textuales, “ seguro que en recrea hay un historiador
,que se ocupa de los múltiples museos que gestiona y / o porque ya hizo previamente el trabajo
antes de abrirlo”.Se ve que considera que es suficiente un solo historiador
para los múltiples museos o en su
defecto, uno que se pase por allí 4 días
antes de que lo inauguren para dar cuatro directrices.
A esta chica le preguntaría si vería igual de normal que en
vez de operarla un cirujano, lo hiciese un veterinario becario o un técnico de laboratorio, por lo de ahorrar
costes y tal.
Esto de ningunear y
despreciar a los humanistas viene de lejos,
no es fruto de la crisis. Y demuestra la clase de país que tenemos en la que la
historia no se estudia y el arte se desprecia. Que se puede esperar de un país en el que un niño de 14 años no
sabe quién fue Franco simplemente porque
la dictadura no entra en el temario. O
un país en el en el que el porno grava el 4% de iva y la cultura el 21%. Un país en el que un licenciado en historia
del arte primero de su promoción tiene que emigrar ,porque si se queda en la
marca España ,su futuro va a ser pasarse años intentando arañar unas décimas en las oposiciones a secundaria,
o haciendo de guía en viajes del INSERSO en temporada alta.
Podíamos pensar que vivimos en una potencia económica que lo mide todo en términos de rentabilidad y
producción , como Alemania; y que el
arte y la cultura en general son
deficitarios .
Nada más lejos de la realidad. Todos sabemos que somos los
últimos monos de Europa ; y la cultura, bien gestionada es productiva. Esto lo
saben bien en Alemania, donde tienen una de las mejores políticas de protección ,
conservación y difusión del patrimonio histórico cultural. Pero claro la Merkel
es muchas cosas, menos tonta. Mientras que aquí Mariano es tonto, además de
otras muchas cosas.
Y a todas esas abuelas disgustadas les diría algo. El que un día será rey de Gran Bretaña,el príncipe Enrique, estudió Historia del arte. Esto ya es de por
si un ejemplo bastante claro de la
valoración que hacen del arte los
españolitos de playa , paella y toros ; y
los hijos de la Gran Bretaña.
Un país que no recuerda su historia está condenado a
repetirla y un país que no valora su patrimonio artístico está condenado a no
tener identidad cultural. Para que esto no ocurra, niños y niñas, están los historiadores
y los historiadores del arte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario