Nunca me gustó París. Era conscientes de toda su riqueza artística o de su relevancia en la moda. Pero a pesar de de no haber pasado de Las
Landas , y de no considerarme una persona con prejuicios; con París los tenía
todos: que si los parisinos eran unos engreídos, que si la ciudad era sucia, que si el trés chic no era más que sobreactuación
,y que sus quesos están sobrevalorados .
El
acento me empalagaba y sus películas de rollo intimista me aburrían. Tampoco me gustaban ellas que
siempre parecían poner morritos sin causa aparente; ni ellos, narigudos y
adúlteros.
Todo empezó a cambiar en 2009 cuando Carla Bruni y Sarkozy hicieron una visita oficial a los entonces principitos
de España, y la foto de la de la Bruni y Leti subiendo las escaleras de la Zarzuela se
convirtió en la foto emblemática del momento.
Esta foto merece un análisis pormenorizado.Dice mucho de las diferencias entre una Monarquía y una República, entre Madrid y París .
Aparentemente las dos llevan el mismo estilismo: vestido
tres cuarto con manga francesa ( del
sempieterno Varela Leti, de Dior la Bruni) , media melena al viento y zapatos de tacón.
Pero a poco que nos fijemos vemos las diferencias .Mientras que Leti
sufre sus míticos letizios que intentan acortar la distancia con su largirucho
principito. La Bruni, plenamente consciente de la diferencia de estatura con su amado Sarkozy; ni corta ni perezosa le
ha cortado la mitad del tacón a sus Loubutin. Porque si, porque ella hace un
poco lo que le sale de ahí, de la República. También es muy significativo ver instantáneas de ambas parejas. Mientras los ahora reyes parecen siempre acortanados,
antinaturales y nunca se les ha visto darse un beso en público, ni siquiera el
día de su boda. Sarkozy y Carla se
muestran naturales y amorosos, ella lo “lleva”
literalmente a él; y el no deja de
hacerle carantoñas, incluso ha llegado a tocarle de forma distraída el culo en
un acto público. Vamos que no hay color.
Claro que Leti no es una princesita al uso y tiene un “pasado”.
Casarte con tu profesor de Instituto no es moco de pavo. Pero poco tiene que
hacer al lado de Carla Bruni, que presume de haber tenido más de treinta
amantes, entre ellos Mick Jagger, Donald Trump, o Kevin Costner. La Bruni tuvo un
hijo con el profesor de filosofía Jean Paul Enthoven, con cuyo padre había mantenido otra relación anteriormente . La esposa de este último y a la postre hija de Justine Lévy ,le dedica el bestseller que recoge su divorcio: Nada grave.Casi ná.
La Bruni cuando se cansó de ser top model de renombre y vivir
la vie en rose , se dedicó a la música y
por cierto, no lo hace nada mal. Después de tener una hija con Sarkozy y dejar los Campos Elíseos se negó a hacer
dieta, y sin drama alguno ha pasado de una 38 a una 44 haciendo oídos sordos a
toda crítica. ¿Os imagináis a la siempre pulcra y correcta Leticia aumentar 3
tallas después de parir?.Yo no.
La Bruni me gustó, y París, simplemente me enamoró. Cuando por fin
paseé por esas avenidas inmensas , me cruzé con muchas parisinas de labios
rojos, tez pálida y boina ; y no pude
más que imaginármelas un poco como la Bruni. Haciendo “lo que
les da la gana”, sin complejos . Y me monté
mi propia película , liando al vecino de apartamento con la vecina casada del segundo, a cuyo marido
le compra los macarons en la pasticherie de enfrente……..
Todo esto sin perder ese “trés chic” , que doy fé , existe .Este no te lo da la ropa, ni el dinero, ni la posición
social, sino que se tiene o no se tiene,
así de simple. ¿En que consiste ?En llevar un abrigo de chanel con unas
deportivas mientras pedaleas en bici de vuelta al trabajo, sin dejar de ser elegante ni parecer
interesante. Claro que para conseguirlo ayudan esa luz impresionante, esos majestuoso edificios en mansarda
, esos cafés tan coquetos, esas negrazas
vestidas de vivos colores , esos parques para enamorarse….. Y como no, ella: la
torre Eiffel, que luce esbelta y soberbia mires desde donde mires.
Je te adore París et je volvere..
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